siesta no siesta

ufaaa no me dí cuenta que el cielo aclaró en su color azul tímido
entre café y letras me dejé estar (así como antes)
después de cada instante sólo me queda apretar mi nariz
rascarme las manos
pedir con vergüenza que jabonen mis espalda (por que no me alcanzo)
qué será del sabio atorrante?
habrá logrado distraer a los caminantes de por allí?
ya nos comeremos un pastel de mil hojas
ya.